Cuando nos diagnostican diabetes, algunos pensamientos que se nos vienen a la mente son “ya no podré disfrutar igual que antes”, “las reuniones no serán lo mismo“ o “las fiestas se terminaron”, y esto no es verdad.
La diabetes es una enfermedad que, si se mantiene controlada, nos permite llevar una vida normal y sí, eso incluye, la parte social. Se puede festejar, bailar, sonreír, viajar y disfrutar de la vida, como si no tuviéramos este padecimiento.
Lo importante es ser considerados con nuestro propio cuerpo y ser más selectivos al momento de tomar decisiones.
A continuación te enlistamos algunas recomendaciones para poder equilibrar tu vida social con el diagnóstico de diabetes.
Lo primero que debes hacer es quitar de tu cabeza cualquier pensamiento que intente convencerte de que no podrás disfrutar igual que antes.
La mente es poderosa y es recomendable que desde tu diálogo interno, hagas las paces ante el diagnóstico. Podemos aceptar que habrá días complicados, pero también habrá días en los que no recordarás padecer esta afección.
Acepta tu enfermedad con disposición para adaptarse a la situación, así lograrás que la enfermedad no te defina.
Después, debes estar consciente que habrá cambios, pero también estás ante la posibilidad de llevar un tratamiento que te permitirá cuidar de tu cuerpo no sólo para que los efectos de la enfermedad no mermen tu calidad de vida, también es una forma de mantenerte en buen estado de salud.
Tienes las indicaciones del médico y la oportunidad de seguirlas para que, más allá de las reuniones, en tu día a día, te sientas bien contigo y seas productivo.
Es importante que, en tu día a día, cumplas con tu tratamiento para que los niveles de glucosa no estén elevados o bajos.
De esta manera te sentirás con energía y alejarás las complicaciones de la enfermedad, que son las que verdaderamente podrían limitar tu diversión.
Si llevas un buen registro acerca de tu glucosa, será más fácil que, junto a tu médico, observes cualquier anormalidad.
Además, estar al corriente de tu estado de salud te permitirá ser más flexible cuando la situación lo amerite.
Al tener tu diabetes controlada, será más fácil que tu médico te permita disfrutar con medida de algo en particular.
En cambio, si no cuidas tus niveles de glucosa, no sigues la dieta recomendaba y no tomas tu medicamento, olvídate de que puedas tener alguna licencia de parte de tu médico.
Recuerda que se trata de hacer todo con medida, no de tomar un pretexto para poner en riesgo tu salud.
Si antes de que te diagnosticaron diabetes, tu vida social era muy activa, ahora deberás ser más selectivo al respecto. Podrás ir a fiestas y convivir. Sin embargo, deberás aceptar con amor hacia tu salud, los límites para hacerlo.
Por ejemplo, comer con moderación los alimentos en los que sabes que no debes excederte o evitar desvelarse en exceso.
En este sentido, tu médico podrá recomendarte el tipo de bebida alcohólica y la cantidad deseada que no pondrá en riesgo a tu organismo. En algunos casos, el vino tinto, entre otras bebidas secas, es una buena opción.
Es cierto que, una persona que tenga su diabetes controlada, podrá tomar alcohol sin problema, pero siempre de forma responsable.
Lo que ocurre en el cuerpo de una persona que vive con diabetes mientras consume alcohol, no es algo que deba omitirse pues pone en riesgo su salud.
Además del daño en hígado y riñones que cualquier persona tiene al consumir alcohol, puede provocar una disminución de glucosa, también llamada hipoglucemia.
La hipoglucemia tiene síntomas parecidos a la cruda, por lo tanto, puede confundirse con la resaca; mareos, fatiga, sudoraciones, hambre, temblores, fatiga, hormigueo y malestar en general.
De esta manera, la persona podría no distinguir que su inestabilidad es provocada por el bajo nivel de azúcar y no en sí como consecuencia del consumo excesivo de alcohol.
Ante este riesgo siempre es recomendable el consumo responsable de bebidas alcohólicas y tener a la mano un glucómetro para estar monitoreando la glucosa constantemente.
En caso de hipoglucemia, saber actuar según las indicaciones del médico.
Como podrás ver, es posible tener una vida social normal a pesar del diagnóstico de diabetes, sólo se trata de ser responsables y de cuidar nuestro estado de salud.