Ciertos problemas en la piel pueden causar muchos problemas aparte si no se atienden adecuadamente, afectando directamente a tu calidad de vida.
Muchos pacientes con heridas crónicas desconocen que sufren de alguna o ya lo saben, pero los tratamientos dados no funcionan o simplemente son muy dolorosos y costosos.
Si ya llegaste al punto de descuidar el padecimiento por miedo, pena u otro motivo, debes detenerte, respirar y pensarlo de nuevo.
Hay que considerar que si una herida o úlcera no se trata como es debido, puede provocar problemas mucho más graves, desde infecciones hasta la amputación de la extremidad afectada.
Según algunos estudios, el 70% de las personas que tuvieron alguna amputación, son porque no recibieron atención médica inmediata; esto significa que en muchos casos las amputaciones se pudieron haber evitado.
Es muy desalentador cuando los tratamientos no funcionan, no cierran tu herida. Esto puede ser debido a un diagnóstico o tratamiento que no sea adecuado según tu caso particular. Por este motivo es fundamental hallar soluciones eficaces para sanar y evitar la amputación.
Las heridas crónicas o úlceras tienen ciertas características, como la dilatación con el tiempo, diferenciándolas de las heridas agudas, las cuales evolucionan de manera favorable en el tiempo establecido.
Este tipo de problemas no solo afectan a la piel o a los tejidos, sino en todo lo que rodea al individuo. Con esto nos referimos, no solo al dolor físico, sino a la vergüenza por el olor, el aislamiento, el dejar sus actividades favoritas, ingresos hospitalarios, estrés y depresión.
Este tipo de afecciones significan un desgaste increíble en la salud del que la sufre, ya que, estas emociones negativas, solo generan más infecciones o aumentan el tamaño de la herida, perjudicando la situación actual.
Por este motivo es necesario tratar a la persona desde todos los ángulos, sin descuidarlo, con un trato amable y cálido, buscando su pronta sanación y que sea vista de forma individual en cada caso particular.
En MIDHEC tenemos el caso de una paciente que sufría de úlceras venosas, pasando por un largo y tortuoso trecho para curarse, sin mucho éxito, hasta llegar con nuestros especialistas.
Este es su caso, donde los médicos nos ofrecen datos médicos de su buena evolución:
Patricia, 62 años con antecedentes de úlcera venosa de 11 años de evolución.
Por tercera ocasión vuelve a presentar herida, la ulcera cerró en un mes y se solicitó valoración endovascular para dar tratamiento definitivo y evitar que vuelva a presentar una úlcera en un futuro.
La Sra. Paty tenía pavor a las curaciones, con dolor constante, porque en otros consultorios tallaban la herida hasta hacerla sangrar, por lo que, al acudir al consultorio y vivir la experiencia de manejo avanzado de heridas, se sintió muy tranquila y pudo evolucionar mejor.
Patricia nos ofrece su testimonio:
«Hace un mes entré muy nerviosa, con mucho miedo, y la manera como me han acompañado en todo el proceso ha sido increíble. En todo momento me sentí cerca de mi médico y del personal. Gracias Dra. Alba, Dra. Martha, Dra. Karina y Dra. Mireya; y a mi querida asistente, Dany».
Es necesario un abordaje de parte de todos los especialistas de la salud y cuidadores, para prevenir las úlceras y resolverlas de la mejor forma posible si ya se produjeron.
En MIDHEC tendrás acompañamiento continuo hasta que tu herida sane por completo, sin importar el estado en el que se encuentre tu herida o parte del cuerpo en el que esté.
Te explicaremos los motivos por los que no cierra tu herida, tratando todos los posibles factores, como la glucosa, déficits alimenticios, etc., para encontrar la mejor forma de sanar, con especialistas que te dirán lo que hay que tener en cuenta para lograr este objetivo.
Valoraremos los medicamentos que necesitas y cómo controlarlos, además de ofrecerte una valoración nutricional, para que tus alimentos no afecten en tu curación.
No estás solo. Los familiares deben estar involucrados y nosotros les explicamos y enseñamos a atender tu herida crónica, cómo y cuándo. Así entenderán el proceso por el que estás pasando, ayudándote a sanar tanto física como anímicamente.
No solo tratamos tu herida crónica, buscamos una evolución adecuada para que sanes y mejores tu vida social, familiar, personal e incluso sexual.
Tu extremidad tiene salvación; con valoración oportuna podemos ayudarte a evitar una amputación.