Padecer o conocer a alguien que tiene una herida crónica significa que ya se tienen algunos conocimientos sobre lo que este tipo de padecimientos conllevan. Sin embargo, ¿alguna vez escuchaste que hay opciones para la sanación de tu herida aún sin dejar de moverte?
Si quieres saber más, puedes continuar leyendo. Seguramente te sorprenderás…
Se trata de un elemento que se ve afectado por las heridas crónicas. Sin embargo, hay que decir que puede ser muy diferente entre una lesión y otra. Si bien es cierto que muchas de estas afecciones se ubican en las extremidades, no será lo mismo si se ubica en la planta del pie a si se ubica en el empeine.
Además de la ubicación, también influyen otros elementos, como el tiempo que lleva la herida, si ya se está en tratamiento, si hay dolor o incluso los hábitos del paciente.
Sin embargo, existen algunos puntos a considerar para que la herida mejore en su proceso de curación, sin modificar las condiciones de movilidad que se tienen. Se trata de factores que, algunas veces, se llegan a menospreciar o ignorar, aunque resultan muy efectivos.
Antes de comenzar, debemos señalar que todos estos consejos deben ser aprobados, en su caso, por el médico que trate la herida crónica, pues cada uno de los pacientes tiene su propia valoración y lo que podría funcionar en una persona, podría no ser conveniente para otra. Dicho lo anterior, comencemos.
Muchas veces, hablar de una herida crónica genera muchos miedos. Por ello, los momentos íntimos en pareja suelen sacrificarse, pues se cree que tener este tipo de actividad puede provocar complicaciones en la herida o evitar que cicatrice.
Además, en el plano psicológico, suele ser complicado de llevar para los pacientes. Sin embargo, si hacemos la vergüenza a un lado y lo platicamos con nuestro médico, podremos aclarar estas inquietudes.
Es sabido que mantener una vida sexual activa, incluso en pacientes con ciertas dolencias, puede beneficiar otros aspectos que, a su vez, ayudan a que la herida crónica sane, como la autoestima, las emociones y sentimientos positivos.
Sabemos que tener una herida crónica es difícil. Sin embargo, si no afrontamos la lesión, lo único que hacemos es cooperar para que el cuerpo no pueda cerrarla.
Es decir, esta afección supone ciertos desafíos y la salud de los pacientes se ve disminuida, pero si no lo afrontamos de forma responsable, difícilmente ayudaremos a que nuestro organismo trate de sanarse.
Sabemos bien que una herida crónica provoca cambios en la vida de nuestros pacientes. Sin embargo, muchos de estos cambios pueden verse como positivos, pues ayudan en el estado de ánimo y/o en nuestra movilidad.
Por ejemplo, el uso de herramientas para dar soporte cuando hay heridas en extremidades, tales como sillas de ruedas o andaderas.
Si bien el paciente puede considerar a estos aparatos como molestos, lo cierto es que es gracias a ellos que se pueden desplazar y se debe tener en mente que se trata de algo temporal, pues si nos enfocamos en el objetivo, cuando llegue la sanación, la movilidad regresará a ser como era antes.
Es hasta que se necesita que nos damos cuenta de que la inmensa mayoría de los hogares del mundo, incluido el nuestro, no está equipado en beneficio de quienes tienen o padecen problemas de movilidad, por la razón que sea.
Sin embargo, lo que es posible es realizar algunos ajustes para que los espacios de casa sean más cómodos. Lo más fácil y sencillo es emplear sillas para el momento de la ducha, por ejemplo, pero también se pueden considerar algunos barandales extra o ajustes por el estilo en otras zonas de la casa.
Este tipo de acciones no solamente ayudan a que los pacientes sigan en movimiento, sino que hacen que tengan mayor independencia, lo que provoca que su estado de ánimo aumente y, como consecuencia, ayude a sanar su herida.
Aunque parezca que no hay relación, como pudiste notar en el artículo, la parte mental es sumamente importante para el proceso de sanación. Por ello, siempre procura contar con el tratamiento psicológico para los pacientes con heridas crónicas.
Esto ayuda a que los pacientes puedan llevar sus afecciones de la mejor manera posible y ello, más la curación de la herida y la ingesta de medicamentos (si se requieren), convierte al tratamiento en uno integral.
Este tratamiento psicológico complementario puede abarcar incluso medicina alternativa como la utilización de extractos de hongos adaptógenos. El hongo Reishi, por ejemplo, reduce la ansiedad, el nerviosismo y el estrés, además de ser antiinflamatorio y analgésico
En MIDHEC sabemos que contar con todo esto, con nuestro enfoque hacia la sanación de los pacientes, es de suma importancia. Conoce más sobre nuestros especialistas en el tratamiento de heridas crónicas.