Recibir un diagnóstico de una enfermedad crónica, como la diabetes, es, sin duda, un impacto considerable para cualquier persona. De la mano de esta noticia, muchas otras ideas e interrogantes brotan de la mente del paciente.
Debido a ello, puede ocurrir que se cuestione el tratamiento que el médico ha decidido brindar a una persona con diabetes. Sin embargo, existen muchas razones para tener confianza en el doctor, especialmente para aquellos que forman parte de MIDHEC.
Este artículo está destinado para aquellos que sienten, creen y/o piensan, que el tratamiento que reciben para la diabetes no es el adecuado.
La diabetes y el entorno de la misma, han tenido una constante evolución a lo largo de la historia. Es decir, tanto la enfermedad como lo que le rodea han cambiado y actualizado su panorama con el paso del tiempo.
Para tener una idea clara del padecimiento, la primera referencia que se tiene de la diabetes, al menos por escrito, nos lleva hasta el año 1550 antes de Cristo.
Se trata de un papiro, material previo al uso de los pergaminos, en el que un médico sacerdote de aquella época, detalló algunos síntomas de sus pacientes. ¿Cuáles eran? Sed extrema, adelgazamiento, hambre y orina recurrente.
En aquellos tiempos, el tratamiento que se indicaba incluía creencias, como ofrendas a los dioses, además del consumo de cerveza, menta y ternera.
En pocas palabras, la diabetes es tan antigua como nuestra civilización y desde las primeras ocasiones en que la enfermedad se documentó, se buscó dar con el tratamiento ideal.
Desde aquel momento, tantos siglos atrás, es evidente que la humanidad y la ciencia han avanzado de forma tremenda, especialmente en las últimas décadas y bastante en cuanto a Medicina se refiere.
Por su parte, la diabetes sigue sumando cada año a más personas que la padecen. No obstante, como mencionamos arriba, estamos lejos de aquellos médicos sacerdotes que buscaban milagros para la sanación de algún padecimiento.
Para tener una idea general de cómo es que percibimos a la diabetes en nuestros días, gracias a los conocimientos adquiridos durante siglos, ahora dividimos la enfermedad en dos tipos:
Por otro lado, ahora sabemos cómo el páncreas juega un papel vital para este tipo de padecimientos, ya que este órgano se encarga de la creación de la insulina.
Es una hormona que produce nuestro cuerpo (el páncreas) con la cual se aprovecha la energía de los alimentos. En pocas palabras, gracias a la insulina es que la comida nos ayuda a llevar a cabo nuestras acciones cotidianas, incluso para las fundamentales, como caminar.
En MIDHEC, podemos reconocer no solamente el diagnóstico y el tipo de diabetes que padece un paciente, sino también en qué etapa de la enfermedad se encuentra para, en consecuencia, indicar el mejor tratamiento para la diabetes.
Además, más de 17 años de experiencia en el rubro y miles de pacientes atendidos exitosamente, nos brindan el conocimiento para llevar de la mano a cualquier persona con esta enfermedad con la finalidad de que pueda llevar una vida plena, incluso con diabetes.
El tratamiento adecuado no consta de una serie de imposiciones sin valoraciones ni contrastes, sino con un sentido humano que permite escoger el tratamiento con los pacientes, de acuerdo a las características clínicas de cada caso.
Un punto que debemos destacar es que el tratamiento no solamente consta del uso de medicina específica para la diabetes, ya sea con el uso de insulina y/o medicamentos orales, sino que se busca que el paciente realice algunos cambios en su estilo de vida, mismos que complementan el tratamiento.
Estos cambios no solamente ayudan a controlar la diabetes, sino que la vida misma del paciente mejorará.
En MIDHEC estamos comprometidos con el bienestar de todos nuestros pacientes y, parte de ello, es ofrecer el tratamiento adecuado para cada uno de los casos.
Nuestros años de experiencia, los avances de la ciencia y el sentido humano con el que tomamos la enfermedad crónica que es la diabetes, son nuestra carta de presentación.
Si tienes dudas sobre tu tratamiento, coméntalas a tu médico, él te ayudará a aclarar las interrogantes que puede generar la incertidumbre de un diagnóstico como éste.
