Ya sea por diabetes, la edad avanzada, neuropatía, estrés u otro tipo de enfermedades, se pueden sufrir de heridas crónicas. Hay muchos factores que pueden contribuir a la formación de estas.
Muchas personas no saben que tienen o sufren de una herida crónica, permitiendo que avance el problema y se torne peligroso para su salud y calidad de vida.
Ante los síntomas que mencionaremos a continuación, lo mejor es visitar lo antes posible a un especialista en heridas crónicas, para atenderte y evitar complicaciones graves.
Si tu herida no sana y ya han pasado más de seis semanas, además de que ha cicatrizado en repetidas ocasiones y no logras hallar la solución definitiva para que sane como debe hacerlo, entonces se le denomina herida crónica.
Cuando existe una infección en la herida, notarás enrojecimiento alrededor de la misma, dolor, olor, hinchazón y fiebre en casos muy graves.
Estas heridas tienen un progreso lento a través de las fases de curación, o muestran una curación retardada, debido a diversos aspectos que afectan al individuo y a la herida. El tiempo que toman en sanar las heridas crónicas es más largo, ya que cicatrizan por segunda intención: elimina y reemplaza el tejido dañado.
Esto provoca que estén expuestas a gérmenes y otros factores que contaminan la herida. Parecen estar detenidas en una o más fases de la cicatrización normal, haciéndolas difíciles de tratar. Por este motivo deben tener un trato y cuidado especial, para evitar que se infecte y cicatrice como debe.
Si no se tratan como es debido, las heridas crónicas pueden convertirse en un problema severo, debido a que el sistema inmunológico está afectado (por alguna enfermedad crónica) y la cicatrización tarda mucho más.
Si se llega a casos graves donde no cierre la herida y se infecte, puede comenzar a producir mal olor y dolor en la zona. Esto afecta directamente a tu vida personal, social y familiar, ya que tanto el dolor como el olor son impedimentos para seguir con la calidad de vida que mereces.
Si la contaminación de la herida con microorganismos se extiende y no se visita a un especialista, aparte de provocar dolor agudo y detener la continua cicatrización, algo que puede ocurrir es la amputación de extremidades.
Las heridas crónicas tienen solución.
Puedes reintegrarte a la sociedad y tomar el control de la vida: ¡las amputaciones son la última opción!
En MIDHEC hemos contado con varios casos de éxito donde creían que su extremidad no tenía solución, más que la amputación. Nosotros demostramos que no es así y puede haber una solución eficaz antes de llegar a los extremos.
Cipriana, de 54 años, trabaja como comerciante. Ella trabaja todos los días con todo el ánimo, ya que debe cuidar a su hermano de 48 años con síndrome de Down, que depende solo de ella. Esto es lo que nos dice:
Soy el sostén económico de mi pequeña familia. Tenía una herida crónica y necesitaba salvar mi pie; afortunadamente me recomendaron MIDHEC.
«Gracias a todo el equipo médico, que es muy comprometido, ahora sigo caminando y trabajando. Acudo solo dos veces al año a revisión y desde hace 3 años no he vuelto a tener ningún problema».
Isabel, de 57 años, sufría de heridas en los pies, llevando 5 años sin que cerraran, usando una infinidad de remedios que no le funcionaban. Esto es lo que nos informa:
Todo se complicó desde una pequeña ámpula que presenté por un cambio de zapato.
«Cuando acudí a MIDHEC tenía mucha pus y olor feo de mi pie. Desde que llegué me sentí en confianza, en todo el proceso estuvieron conmigo, acompañándome; al final, cuando mi herida cerró, me orientaron para acudir con un experto que me fabricó un zapato especial, adecuado para mis pies. Desde hace un año no he vuelto a presentar heridas».
Antonio, de 48 años, trabaja como cargador en una tienda departamental, y sufría por un callo en la planta del pie, que tenía desde hace 6 meses:
«Un día noté que mi pie se hinchó, me dio fiebre y mi esposa percibió un mal olor que desprendía mi pie; fui a dos médicos que me dieron antibiótico, pero al notar que estaba empeorando acudí a MIDHEC, donde iniciaron tratamiento varios especialistas».
Nunca me dejaron solo y resolvieron todas mis dudas. Eso fue hace algunos años; desde entonces sigo trabajando y siendo el sostén económico de mi familia.