¿Te has alejado de tus amigos, familiares o hasta de tu trabajo y actividades favoritas por miedo o culpa de sufrir una herida crónica y lo que supone tenerla? Es normal tener estas emociones en algún punto, pero hay que tener en cuenta que no te ayudarán a curarte o a seguir adelante con tu vida.
Las heridas crónicas conllevan a una serie de eventos que poco a poco pueden hacer que te sientas desplazado de la sociedad, alejándote de tus círculos sociales y familiares.
Es un punto importante a tratar, sobre todo por el lento proceso que viven las personas que sufren de heridas crónicas. Estas heridas presentan un desgaste tanto mental como físico en la persona que lo sufre.
En un nivel físico, la lesión debe ser tratada con cuidado, dependiendo dónde está localizada y qué tan severa es.
Si las heridas crónicas aparecen debido a problemas en la salud como la diabetes, infecciones o un sistema inmunitario débil, se agrega el hecho de la movilidad, afectándote psicológicamente. E incluso, sentirás el miedo constante de una posible amputación.
Los problemas que provocan las heridas crónicas no solo implican complicaciones físicas: el miedo constante a no perder la movilidad de la zona afectada, el cuidado de la enfermedad que aumenta el riesgo de tener una herida de este tipo, más el cuidado de la misma herida, aleja al paciente de la sociedad poco a poco.
La carga emocional, de responsabilidad o culpa que se vive es extensa; debes cambiar hábitos y estilo de vida, generándote incomodidad. Por esto, en ocasiones, puede ser difícil adaptarse nuevamente a la sociedad.
Si existe la posibilidad de que haya mal olor, sangrado, pus y que la zona tenga dificultad para moverse, es posible que te de miedo o pena salir a la calle, reunirte con amigos, o simplemente disfrutar de las actividades que antes realizabas con normalidad.
El aislamiento social que (quizá sin darte cuenta) estás formando, repercute en tu salud mental y emocional.
Te sientes solo y desplazado de la sociedad por culpa de la herida crónica, pero hay que tomar en cuenta que esto no te ayudará en absoluto, solo hará más sencilla la aparición de emociones como la depresión, ansiedad, culpa, tristeza y vulnerabilidad.
Esta mezcla de sentimientos no es buena en ningún aspecto, ya que afecta en la recuperación de la herida, luego en tu salud física entera, seguido de problemas psicológicos y terminando con malestar emocional que puede desencadenarse en un cuadro de depresión que puede ser peligroso si no se atiende como es debido.
El sentirse desplazado de la sociedad puede generar este conjunto de emociones y malestares negativos. El verdadero problema a tratar y tener en cuenta es que interfiere en todos los aspectos de tu vida.
Te lleva a desatender tu propia herida, a tus familiares, amigos y el trabajo, provocando complicaciones en la salud, tanto física como mental y emocional.
Si aparecen cualquiera de estos síntomas, es mejor atenderte inmediatamente con un tratamiento adecuado:
Es importante cuidar este aspecto mental, ya que, como se ha mencionado, genera una cadena de repercusiones que no son para nada buenas con tu salud.
Si se trata a tiempo y de manera adecuada, podrás recuperar tu salud física, ayudarás a que la herida crónica mejore y encontrarás que puedes seguir adelante, alejando ese sentimiento de desplazamiento.
¡No hay nada más importante que buscar tu salud íntegra, tu independencia física y emocional!
Con el tratamiento adecuado, tanto para tu herida crónica, como para tu salud mental, ganarás muchas ventajas que quizá antes no veías con claridad, pero la más importante a destacar es que puedes retomar tu vida, reintegrándote a la sociedad.
No todo está perdido, puedes recuperar tu vida como era antes, sin miedo y sin pena.
Puedes sanar y recuperar tu movilidad, no importa en qué parte del cuerpo o estado esté tu herida crónica. Tienes oportunidad de alcanzar la sanación gracias a un seguimiento médico, valoraciones nutricionales, capacitaciones, además del apoyo de tus familiares y seres queridos.
¡No estás solo! Con el apoyo de quienes te rodean, fuerza y motivación para salir adelante, lo puedes lograr.