Debes tener presente que la falta de lubricación puede ser un síntoma esporádico o permanente, todo depende la causa que lo esté provocando, la cual puede ser orgánica o asociada a determinadas condiciones físicas, como la diabetes, o incluso psicológicas.
La sequedad vaginal suele manifestarse por la disminución de los fluidos generados en el aparato genital femenino. Existen zonas específicas que son capaces de producir una secreción y mantener tu área genital lubricada y húmeda.
Ubicado en la parte inferior de la matriz o útero, el canal cervical está recubierto por múltiples glándulas pequeñas que producen el moco cervical, que consiste en una secreción espesa.
Dicho fluido ocupa el canal del útero y gotea hacia la vagina. Su misión es conducir los espermatozoides al útero durante la fecundación; por lo tanto, su producción está regulada por las hormonas ováricas (estrógenos) que lo hacen más abundante y fluido en la ovulación.
Es un conducto muscular con gran elasticidad. Su función consiste en comunicar el aparato genital interno con el exterior. El revestimiento vaginal está condicionado por los estímulos sexuales y de las hormonas ováricas, que mejoran la humedad y lubricación.
Es la parte visible del aparato genital femenino. En ella, además, desembocan las glándulas vulvares, cuyas secreciones colaboran en la lubricación.
Es así como, el fluido que lubrica la vagina está constituido por la mezcla del moco producido por las glándulas del cuello uterino, el líquido trasudado de las paredes vaginales y la secreción de las glándulas vulvares.
La cantidad de fluido que generas varía en función del momento del ciclo menstrual en el que te encuentres y de los estímulos sexuales.
La sequedad vaginal se produce como consecuencia de la disminución en la producción de fluidos de tu aparato genital femenino. Esta falta de lubricación puede provocarte una sensación de malestar que suele resultar bastante desagradable.
El más común es que sientas dolor durante la relación sexual (dispareunia), que se presenta por la falta de fluido en la mucosa vaginal, necesario para soportar la fricción. Además están: prurito (hormigueo que provoca el deseo de rascarse), irritación, sensibilidad, cierto grado de quemazón e inflamación.
Durante el periodo menstrual tu capacidad de lubricación se reduce.
Disminución del nivel de estrógeno. La cantidad y la viscosidad de la mucosidad vaginal varían en el transcurso de tu ciclo menstrual. Los estrógenos se producen principalmente durante la maduración del óvulo, cuando este aún no ha sido liberado del ovario, es el momento del ciclo menstrual de mayor lubricación.
Embarazo y lactancia. Tanto en el embarazo como en el período de lactancia, el sistema hormonal femenino está alterado y produce menor cantidad de estrógenos, provocándote una menor lubricación vaginal. Cuando tus niveles hormonales vuelven a la normalidad, el problema desaparece.
Menopausia. Es el periodo en el que la función ovárica cesa su actividad y, por tanto, la producción de estrógenos disminuye. La pared vaginal se adelgaza y pierde elasticidad. Además se producen variaciones en el pH, se alcaliniza, y las glándulas vaginales se contraen reduciendo la lubricación vaginal.
Inflamación de los tejidos vaginales o vaginitis. Tanto el dispositivo intrauterino (DIU) como el diafragma vaginal pueden generar inflamación en las paredes vaginales o vaginitis. En el caso del DIU es porque no lo tienes bien colocado. Y si el diafragma es demasiado grande, también puede provocar vaginitis.
Medicamentos. Algunos medicamentos hormonales, como pastillas anticonceptivas o los fármacos utilizados para el tratamiento del cáncer de mama, de ovario o de útero, pueden producir sequedad vaginal.
Diabetes. Con este diagnóstico puedes observar una falta de lubricación vaginal, en especial si tienes un control deficiente de la glucosa sanguínea.
Estrés. Te genera un aumento de cortisol en sangre que, a su vez, te produce un desequilibrio en la secreción de hormonas sexuales, entre ellas los estrógenos, lo que puede afectar tu hidratación vaginal.
Miedos y desinterés. Se considera que los miedos que puedas llegar a tener en relación con la sexualidad posiblemente te desencadene reacciones negativas para el proceso de lubricación vaginal por estimulación del sistema nervioso.
Como pudiste notar, efectivamente, vivir con diabetes puede ser una de las causas que provocan la falta de lubricación en las mujeres, pero también existen otros factores que te lo pueden estar provocando, lo ideal siempre es que consultes a un especialista en el tema.