En los últimos 30 años, el sobrepeso y la obesidad se han convertido en una epidemia que afecta a uno de cada tres adolescentes y niños, así como a siete de cada diez adultos en México.
De acuerdo con la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación (SECTEI) actualmente se reconoce que 73% de las personas mayores de 20 años en el país tiene un peso por arriba de lo saludable, una tercera parte de la población escolar está en la misma condición y cuatro de cada 10 mujeres adolescentes tienen sobrepeso u obesidad.
Se trata de un un reto urgente en materia de salud pública que se debe combatir y prevenir debido a que la obesidad impacta negativamente la calidad de vida de quienes la padecen. Además, este fenómeno representa una carga muy significativa para el sector salud.
Existen innumerables estudios que han probado su vínculo directo con enfermedades crónicas, tales como la diabetes, la hipertensión y otros padecimientos cardiovasculares, las cuales en la actualidad representan algunas de las principales causas de morbilidad y, lastimosamente, mortalidad de los mexicanos.
Dicho vínculo entre la obesidad, diabetes e hipertensión explica claramente la pérdida de años de vida saludable en la población, porque son causas de enfermedad grave y tienen en común una baja tasa de diagnóstico y un porcentaje reducido de individuos con diagnóstico, tratamiento y control.
Es evidente que como sociedad y como individuos debemos buscar la forma de atacar esta tendencia desde todos los frentes posibles. Sin embargo, la tarea no es fácil si los pacientes no están dispuestos a esforzarse para lograrlo.
La altísima incidencia de la obesidad en México es reflejo de una realidad compleja.
Nuestros esfuerzos se deben centrar en comprender a fondo las particularidades de su epidemiología con el objetivo de lograr un control, por medio de tratamientos integrales adecuados y enfocados a la prevención.
Es crucial que cada individuo haga lo necesario por alcanzar el máximo bienestar posible en un entorno cambiante. Si una persona ha ganado unos kilogramos de más y ha perdido la capacidad de aceptar que su cuerpo necesita menos calorías (comida) y que requiere más movimiento para gastar lo que consume es un foco rojo que se debe atender.
Si bien los médicos hacen lo que les corresponde asignando tratamientos y monitoreando los casos, como individuos nos corresponde ser conscientes y poner todo de nuestra parte para mejorar nuestra salud y con ello prevenir el desarrollo de más enfermedades.
Hoy se sigue estudiando la amplia gama de determinantes sanitarios y sociales que propician el problema y obviamente MIDHEC aporta lo necesario desde su trinchera, ya que si bien nos especializamos en la diabetes tipo 2 y en las heridas crónicas, estamos seguros de que la prevención es un factor fundamental, por eso también contamos con casos de éxito como el de Estefanía.
Se trata de una paciente de 26 años con antecedentes de obesidad grado 1 y prediabetes. Estefanía inició con nosotros un tratamiento interdisciplinario y en 6 meses alcanzó dos metas muy importantes para prevenir un diagnóstico de diabetes en su futuro:
Actualmente Estefanía se encuentra en seguimiento para lograr un mantenimiento de hábitos saludables a largo plazo.
Con respecto a su experiencia en MIDHEC, Estefanía nos compartió que: “Es un lugar increíble; la atención es tan maravillosa, te hacen sentir súper cómodo, con especialistas muy capacitadas dispuestas a resolver todas tus dudas, así como los tratamientos súper certeros”.
Y agregó: “Mi salud se ha visto altamente beneficiada desde que comencé a tratarme en la clínica con la doctora Alba Arévalo, quien trató mi obesidad; y la nutrióloga Karen Pérez, su atención es maravillosa. Muchas gracias por su gran ayuda, las recomiendo ampliamente”.
En MIDHEC principalmente buscamos sensibilizar a nuestros pacientes y sus seres queridos sobre la importancia de incorporar hábitos y estilos de vida que contribuyan a un estado de bienestar personal, familiar y comunitario.
Además, nos enfocamos en identificar y evitar los factores de riesgo, por enfermedades crónicas susceptibles de prevención, que incluyen cambios importantes en los estilos de vida y de alimentación.
Nos esforzamos en ofrecerle a cada uno de nuestros pacientes diagnósticos oportunos y los medios para establecer un mejor control de estas enfermedades. Y, para quienes ya las padecen, el acompañamiento, respaldo y asesoría durante sus tratamientos médicos.
El caso de Estefanía pone en evidencia que la prevención es la mejor arma para combatir adecuadamente la emergencia sanitaria relacionada con enfermedades como la obesidad y la diabetes.
Si te encuentras en una situación similar a la de Estefanía, no dudes en buscarnos, será un placer ser tu respaldo durante tu proceso para alcanzar tus metas y prevenir que desarrolles un padecimiento como la diabetes.