Una herida crónica trae diversas dificultades a la vida de quien la padece. Estas afectaciones repercuten, en primer lugar, en la salud física; pero también representa un obstáculo para la salud mental y el desenvolvimiento social de un paciente.
La pérdida de movilidad que las personas experimentan al padecer una herida crónica impide que realicen sus tareas diarias de manera habitual. La herida puede representar un impedimento para desplazarse de un lugar a otro, realizar labores del hogar, e incluso, para su trabajo.
Esta problemática ocasiona que los pacientes se sientan desvalidos y hasta abandonados. Además, provoca una baja autoestima, sentimientos de culpa por sufrir una herida crónica y desesperación porque llevan mucho tiempo con la herida.
La baja autoestima empeora por factores sociales asociados a las heridas crónicas que no permiten integrarse al paciente. Síntomas propios de una herida como el olor y la exudación que expide, te pueden hacer pensar que serás rechazado por el resto de las personas, incluida tu familia.
Esta idea generalizada de rechazo lleva a las personas a sentirse inseguras en su trabajo y otros espacios donde se desenvuelven socialmente, por lo que optan por el aislamiento. Al perder el contacto con otras personas, evitas recibir ayuda, o bien, buscarla de manera activa; como consecuencia, solo retrasan la atención de tu herida y el consecuente deterioro de tu salud.
Además de evitar una adecuada atención a las heridas crónicas, la baja autoestima y aislamiento, ocasionados por sentimientos de angustia, culpa, inseguridad y abandono, pueden desembocar en trastornos como ansiedad y depresión.
Este tipo de padecimientos solo empeoran tu estado de salud general y la condición de la herida crónica. La desesperación y falta de motivación, así como la baja autoestima, evitan que te comprometas con el autocuidado necesario para recuperar la salud. Asimismo, el estrés, ansiedad y depresión generan reacciones físicas en tu cuerpo que desfavorecen la cicatrización y dañan el funcionamiento del sistema digestivo y circulatorio.
Es muy probable que sientas muchas de las emociones descritas y pienses que ya no hay esperanzas para ti. Sin embargo, debes saber que nunca es tarde para comenzar un tratamiento que te ayude a recuperar tu salud. Mereces poner fin a tu padecimiento, es hora de encontrar la atención adecuada para tu herida crónica.
El proceso para sanar una herida crónica implica contar con el tratamiento adecuado proporcionado por especialistas y procurar los cuidados necesarios para ayudar a la cicatrización.
En MIDHEC te proporcionamos un tratamiento integral de acuerdo a la valoración que nuestros especialistas realizan previamente sobre el estado de tu herida crónica. El tratamiento es diferente según las condiciones de cada paciente, pero las condiciones generales se basan en:
Contamos con especialistas que te ayudarán a superar los trastornos asociados a las heridas crónicas, como el estrés, ansiedad y depresión. Podrás recuperar tu autoestima al mismo tiempo que mejora tu salud.
También te proporcionarán la orientación sobre los cuidados de tu herida; para llevar una alimentación saludable; así como consejos para mejorar tu autoestima y recuperar la motivación de volver a tu vida laboral, social y familiar.
En MIDHEC te acompañamos en el proceso de sanación de tu herida crónica. Nuestros especialistas darán atención cercana, empática y de acuerdo a tus necesidades. Agenda una cita con nosotros y comienza a recuperar tu salud y tu vida.