Sufrir una herida crónica causa un gran desgaste en la salud del paciente ya que puede generar infecciones mayores y aumentar el tamaño de la herida, lo que degrada las condiciones del área afectada y puede alcanzar niveles críticos que requieran una amputación.
La salud del paciente se ve comprometida en mayor medida si la herida fue causada por padecimientos como la diabetes tipo 2, ya que afecta la circulación y facilita la aparición de heridas que se salen de control con facilidad. Además, puede complicar y retrasar la cicatrización de una herida.
A estos obstáculos, se les suma el problema de movilidad al que se enfrenta el paciente. Si consideramos que 9 de cada 10 heridas crónicas aparecen en las extremidades inferiores, las personas que las sufren pierden la capacidad de caminar, total o parcialmente.
Los problemas que produce una herida crónica no solo implican complicaciones físicas, sino que las afectaciones también ocurren a niveles mental y emocional de las personas.
En primer lugar, enfrentar una enfermedad crónica como la diabetes,o una enfermedad autoinmune como el lupus genera una gran carga de culpa y responsabilidad en los pacientes: El cambio de hábitos que deben realizar puede ocasionarles sensaciones desagradables e incomodidad; por ello, no siempre logran adaptarse.
Por si fuera poco, la aparición de una herida crónica aumenta las repercusiones psicológicas que ha generado un padecimiento como la diabetes. Los pacientes con una herida crónica experimentan una gran cantidad de emociones y sentimientos, entre ellos están:
También hay que tener en cuenta que, la mayoría de las heridas crónicas como úlceras y pie diabético, se producen en personas mayores de 60 años, lo que puede agravar las condiciones psicológicas.
Ante estas sensaciones, algunos pacientes optan por el aislamiento social, lo que dificulta su recuperación y los encierra en un círculo vicioso que deteriora poco a poco tanto su salud física como mental. Es importante evitar el aislamiento ya que, sumado a todos los problemas que conlleva una herida crónica, puede ocasionar un cuadro de depresión si no se atienden a tiempo.
La depresión es un trastorno que causa sentimientos de tristeza y la pérdida del interés por actividades que una persona solía disfrutar. Este problema de salud mental se asocia con otros problemas de salud como la diabetes.
Este padecimiento interfiere en todos los aspectos de tu vida: el trabajo, la familia, e incluso, en el cuidado de tu herida crónica. Cuando no se realiza de manera adecuada el cuidado de una herida, puede presentar complicaciones.
Las personas con diabetes o con algún otro padecimiento crónico tienen entre 2 y 3 veces más probabilidades de desarrollar un cuadro de depresión que otras personas. Este riesgo se vuelve más latente si tienen complicaciones como heridas crónicas.
Para atender la depresión, es importante que recibas el tratamiento adecuado, ya que, si no se trata, puede empeorar. Entre los síntomas más comunes se encuentran:
La depresión ocasiona grandes daños a tu salud mental e impide la plena recuperación de tu salud física. La desatención de este trastorno puede empeorarlo hasta consecuencias más graves, como el suicidio.
Es importante atender tu salud mental al mismo tiempo que recibes tratamiento para tu herida crónica. De lo contrario, los sentimientos como la tristeza, culpa y desesperación pueden desembocar en un cuadro depresivo. El tratamiento integral de tu herida te ayudará a sanar tu estado físico y emocional.