Heridas Crónicas y Pie Diabético

Deja de sentirte culpable, conoce tu herida y descubre cómo cuidarla.

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Dra. Martha Nahakin Serralde Molotla
Dra. Martha Nahakin Serralde Molotla

La culpa es un sentimiento que todas las personas experimentamos. Es un llamado de atención a nuestra conciencia cuando hacemos algo que está mal según nuestra propia percepción. Sin embargo, sentir culpa a causa de una herida crónica causada por la diabetes o algún otro padecimiento es un trastorno que nos paraliza e imposibilita buscar una solución.

Asumir la responsabilidad de tu condición actual es el primer paso para sanar, tanto en lo emocional como en lo físico. Al dejar de sentir culpa y dar una respuesta a tu condición médica, comenzarás el proceso para curar la herida crónica.

Es importante que comiences a cambiar tu realidad, deja de lamentarte y actúa. Buscar ayuda de médicos especialistas que puedan ayudarte a recuperar la salud y tu vida. Reconoce tu condición actual y valora las capacidades que tienes. Puede parecerte difícil en un principio, pero es importante que conozcas tu herida para comenzar a sanar y recuperar la autoestima perdida.

El autocuidado es fundamental para que el tratamiento médico rinda frutos.

Mediante el reconocimiento de tu propia herida, podrás cuidarla y evitar que empeore.

CASO DE EXITO 2
DIABETES TIPO2 2
HERIDAS CRONICAS 1
PREVENCION Y CONTROL 2

¿Cómo puedo cuidar mi herida?

La diabetes puede ocasionar heridas que no notamos sino hasta que comienzan a complicarse. La neuropatía, que es el daño en los nervios, así como la falta de una adecuada circulación sanguínea, provocan estos problemas, especialmente en los pies. Ya que estos se encuentran más alejados del corazón y son el apoyo donde recae todo nuestro peso, son especialmente susceptibles de sufrir una herida.

Esta es la misma razón por la que una pequeña herida se complica fácilmente en pacientes con diabetes. Si bien, al principio la sensación de dolor está ausente, el descuido de la herida puede ocasionar fuertes dolores.

No importa el tamaño de tu herida, es importante que le prestes atención y solicites ayuda médica especializada. No obstante, para que el tratamiento médico surta efecto, debes poner de tu parte para sanar la herida. Es importante cumplir con estos puntos para curar y evitar que una herida crezca:

Cuida tu alimentación. Consumir alimentos saludables dará a tu cuerpo los nutrientes necesarios para sanar la herida. También debes beber líquidos para mantener tu cuerpo hidratado, de lo contrario, puede bajar el suministro de sangre hacia la herida, empeorando su estado. Recuerda atender las indicaciones médicas para llevar una dieta saludable que integre en la medida adecuada proteínas, calorías y vitaminas que ayudarán a mejorar el estado de tu herida crónica.

No fumes. Si tienes el hábito de fumar, es importante dejar de hacerlo ya que esta actividad disminuye el flujo sanguíneo hacia la herida, lo que retrasa el proceso de sanación. Además, aumenta el riesgo de infección.

Evita la presión sobre la herida. Las heridas crónicas, especialmente cuando se ubican en los pies, corren el riesgo de sufrir daños por presión. Esto puede generar grietas que se convierten en heridas; o bien, empeoran una herida al obstruir el flujo sanguíneo en el área afectada. Para eliminar daños por presión, debes evitar mantenerte en una sola posición por mucho tiempo.

Revisa a diario el área afectada. Monitorea todos los días tu herida para asegurarte que no empeoren las condiciones y que la piel circundante no presente nuevos daños. Si notas la aparición de nuevas grietas, ampollas, así como inflamación y cambios en la coloración, no dudes en informar a tu médico.

Usa ropa cómoda. Especialmente si se trata de una herida crónica en el pie. Puedes utilizar zapatos cómodos y poco ajustados cuando estás fuera de casa; si te encuentras dentro, la mejor opción es usar pantuflas. También es importante revisar el calzado antes de ponértelo, ya que la baja sensibilidad evita que notes la existencia de objetos que generan irritación.

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HERIDAS CRONICAS 2
PREVENCION Y CONTROL 1

Mantén el nivel de glucosa. Esto puede parecer demasiado obvio, pero, a menudo, los pacientes que se tratan heridas crónicas dejan en segundo término la atención de la diabetes. Regular los niveles de azúcar dentro de los niveles establecidos por tu médico es fundamental para que la herida sane adecuadamente y no presente complicaciones. Atiende las indicaciones médicas sobre tu alimentación y ejercicio; tampoco olvides consumir los medicamentos recetados.

Reconocer y aprender cómo cuidar tu herida crónica ayudará a mejorar los resultados del tratamiento médico. Deja de sentirte culpable y asume la responsabilidad de sanar tu herida y recuperar tu vida.

En MIDHEC contamos con especialistas que te ayudarán a sanar la herida y te acompañarán durante todo el proceso proporcionándote ayuda integral, cercana y de manera empática.

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